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Autor: | Categoría: Noticias | 1st Feb 2016

Continúan las consecuencias del escándalo Volkswagen, además de lo mencionado en días anteriores, en los que comentábamos que otros fabricantes están siendo investigados, hay que añadir nuevas medidas. Y es que la Unión Europea ha decido atajar este asunto de raíz.

Para ello, ha aprobado recientemente una medida en la que se estipula que los fabricantes que manipulen sus motores serán multados con 30.000. De esta forma, si la multa que se impuso a Volkswagen nos pareció dura en una hipotética multa futura la compañía quedaría prácticamente quebrada.

Para justificar esta medida la Unión Europea ha anunciado que el medio ambiente se ha convertido en una de sus prioridades y que para ello, es vital que los coches sean lo más limpios. A esto hay que añadir que estos motores trucados también reducen la seguridad de los vehículos.

No obstante, las competencias finales recaen sobre los estados miembros. Se confía en que cada gobierno tome las medidas necesarias consiguiendo así transmitir una confianza mutua, clave para el éxito según los dirigentes. Esto es, que la Unión Europea fija el marco regulatorio, los mínimos establecidos que se deben aplicar obligatoriamente pero son los propios países los que deben velar por el buen cumplimiento.

Se endurecen también los controles tanto en coches ya fabricados como en la cadena de montaje.
A las medidas ya comentadas hay añadir que se va a aumentar notablemente el número de auditorías, así como las revisiones a vehículos que ya se encuentran en el mercado.

Por lo tanto, se podrá detectar cuando se cumplan los requisitos en una primera fase y así tomar las medidas oportunas contra los vehículos que sean nocivos contra el medio ambiente. En definitiva, los fabricantes tendrán que tener cuidado excesivo si no quieren verse multado de manera grave.


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