Las luces o faros del coche son indispensables a la hora de conducir de noche o bajo malas condiciones climatológicas. Por eso, son una de las partes a las que más debemos prestar atención a la hora de ir a la revisión, pues llevar luces mal puestas o unas luces inapropiadas puede suponer un problema que nos impida pasar la ITV.
A continuación te explicamos los distintos tipos de luces que existen y las ventajas y desventajas de cada una de ellas, desde el sistema más antiguo al más innovador:
Halógenos
Las lámparas halógenas son las que utilizan la mayoría de los coches que están en circulación. Es la opción más básica y común, por lo que también es la más barata y la más sencilla a la hora de reparar u obtener recambios.
Está compuesto por una bombilla extraíble dentro de una estructura hecha de material reflectante que a la vez potencia y conduce la luz hacia delante. También existen lámparas halógenas en las que la bombilla se encuentra dentro de un cilindro de cristal.
Xenón
Los faros de xenón, también llamados HID (High Intensity Discharge) o faros de alta intensidad son el segundo sistema más común después del halógeno.
Como los tubos fluorescentes de las casas, dentro de su estructura está lleno de gas. Esto hace que el proceso de cambiarlo tenga que llevarse a cabo por un profesional, siendo más costoso y menos cómodo.
La principal ventaja de los faros de xenón es que tienen el doble de iluminación que los halógenos y además cubren toda la carretera.
LED
Este sistema está en fase avanzada de desarrollo y ya lo empiezan a comercializar algunas marcas como Audi.
Los faros LED son un sistema electrónico que está compuestos por varios diodos que consiguen una gran luminosidad blanca.
Al estar aun en desarrollo, no llegan a la potencia de iluminación de los de Xenón, y además se sobrecalientan, por lo que deben incorporar un sistema de disipación de calor. Su reparación también debe ser realizada por un especialista.
Proyectores láser
Este último sistema es el más innovador y, aunque todavía esté en fase temprana de desarrollo, se prevé que es el que estarán equipados los coches del futuro.
Está compuesto por múltiples diodos láser que se sustentan con una sustancia fluorescente basada en fósforo y que consiguen una luz muy parecida a la solar. Además, tienen mayor rango de alcance y consumen menos que las opciones anteriores.